Hating me | Priv. Corazón Lluvioso

"Nada más que silencio era lo que el bosque emitía en ese momento. El silencio da paz y tranquilidad, pero de vez en cuando no, y solo genera ansiedad y nerviosismo a quien sepa el mal augurio que esto trae; al menos para Pétalo de Jazmín. Era obvio que las cosas en el bosque no estaban funcionando como debían y que se acercaban malos tiempos, tiempos en los que tus únicos aliados fueran aquellos que combatan cuerpo a cuerpo contigo; aunque quizá solamente Pétalo de Jazmín estaba siendo paranoica.

Se estiró de arriba a abajo y volvió a cerrar sus ojos por un rato, el insoportable frío de la estación Sin Hojas había comenzado a engullir el bosque quizá un par de lunas atrás, y de esa manera la nieve había cubierto todo rastro de vida. Aunque a Pétalo de Jazmín no le preocupara puesto que su pelaje era muy grueso y no pasaba frío, su ansiedad crecía debido al estado de los cachorros. Orejas de Zorro había dado a luz hacía ya unas semanas y sus cachorritos no eran demasiado fuertes, excepto por una, Pequeña Libélula. Aunque esta gatita no estuviera sufriendo problemas, la curandera estaba preocupada por sus otros dos hermanos pensando que quizá no llegaran a su etapa de aprendices.

<< La estación Sin Hojas siempre trae momentos difíciles >> se dijo a si misma << Debes de enfrentarlos >>

Se levantó de su lecho y comenzó a inspeccionar su despensa de hierbas. Nébeda, le faltaba nébeda y debía de ir a buscar más para estar prevenida. Soltó un suspiro levemente malhumorado y salió al campamento esperando ver todo en orden. Al salir inmediatamente, sus ojos se incandilaron debido a la fuerte luz del sol que llegaba al claro, pero luego de unos pestañeos rápidos se acostumbró al ambiente. Se relajó al ver a Orejas de Zorro con sus cachorros en la maternidad, todos parecían estar perfectamente.

Saludó con la cola a todo gato que se acercaba a saludarla, y entrechocó narices con su amiga, Garra Albina. Un largo y sonoro bostezó se escapó de sus fauces y Pétalo de Jazmín luchó por acabarlo lo más rápido posible.

Luego de un tiempo caminando, se dió cuenta de que había llegado a la frontera del Clan del Río. No quería causar problemas, pero sabía que los curanderos no causaban problemas si es que cruzaban un poco las fronteras para poder recolectar hierbas, además, la gata blanca había detectado un jugoso racimo de nébeda del otro lado. Cruzó con cuidado y silenciosamente comenzó a arrancar la nébeda ramita por ramita; le era muy satisfactorio oir las ramas quebrarse. Cuando ya casi se iba, sintió un sonido a sus espaldas. Recordó que no se encontraba en su territorio, y una patrulla podría pasar por ahí, pero era la curandera del Clan de la Sombra, ¡por el amor del Clan Estelar!
Se mantuvo quieta, esperando ver de que o quién hacia ese sonido."

El frío viento soplaba fuertemente sacudiendo las hojas de los pocos arboles que se encontraban a su alrededor, cada soplido significaba un pequeño temblor para Corazón Lluvioso, que aun no se había acostumbrado a la nueva temporada, esta empezó rápido, casi sin dar tiempo de preparación para su clan, el cual era probablemente el más afectado por esa dura estación. Los gatos del Clan del Río dependían de su propio símbolo, el río, y durante la estación sin hojas este se congela haciendo muy complicada la pesca. En ese momento, el río ya estaba congelado casi por completo, y las presas ya no sobraban, por si fuera poco el Clan de la Sombra empezó a robar presas de otros territorios. Ridículos, esa solo era la prueba de su debilidad.

Para Corazón Lluvioso, la estación sin hojas es una estación de limpieza, donde los gatos más débiles mueren y si un clan no es capaz de adaptarse a ese ambiente usando los recursos que ofrece su propio territorio, merece desaparecer. Por tanto, robar presas de otros territorios le resulta hacer trampa.
Se suponía que Corazón Lluvioso se encontraba de caza, sin embargo lo único que queria era patrullar lo poco de frontera que tenía el Clan del Río con el Clan de la Sombra, que de hecho solo era atravesando los cuatro arboles, por lo tanto no era del todo una frontera directa.

Entonces logro oler un leve rastro a Clan de la Sombra... ¿En serio? Empezó a seguir el rastro lenta y cuidadosamente evitando ser detectado primero, El viento no se encontraba a su favor, pero tampoco en su contra, y al estar en su propio territorio y cerca de las marcas olorosas, detectar su olor no seria sencillo. En nada, logro ver al invasor de espaldas, no podía distinguir que se encontraba haciendo, pero sea como sea, estaba en su territorio y como no le gustaría ser expulsado por su clan a valerse por si mismo en una estación como esta y capturar a un ladrón era un buen merito, se veia casi obligado.

Algo distraído por la inexperiencia piso una rama que delato su posición, el invasor no hizo nada, sin embargo Corazón Lluvioso supo que fue detectado, las orejas del invasor se pusieron alertas por instinto delatando su cuartada de hacerse el tonto, eso, o simplemente se paralizo del miedo por ser atrapado.

--¿Posees alguna excusa para adentrarte a territorio ajeno...? ¿O eres un ladrón de presas más? --Corazón Lluvioso se abalanzo hacía el gato desenvainando las garras luego de hablar. Fue esquivado, sin embargo, su única intención era hacer que reaccione, pues era mucho más divertido así.

"Pétalo de Jazmín se asustó debido al repentino ataque del atigrado. Gracias al Clan Estelar ella era hábil y pudo esquivar casi sin problemas la emboscada del aprendiz. Cuando se incorporó, lo miró de pies a cabeza recordando quién era. Era Corazón Lluvioso, un guerrero de (como ella creía) 16 lunas; como no había sido nombrado guerrero hace mucho, Pétalo de Jazmín lo había visto contadas veces en asambleas.

Se levantó y le dedicó una sonrisa al macho; sabía que aquél gato no resaltaba por su buen carácter ni por ser amigable, pero aún así esperó poder caerle un poco bien al gato y evitar otros malentendidos que pudieran suceder mas adelante.

—Hola, Corazón Lluvioso —la gata comenzó en un tono sereno — Soy Pétalo de Jazmín, la curandera del Clan de la Sombra,
y he entrado puesto que he visto nébeda, no estoy robando presas, además eso me parece una gran falta de respeto.

Intentando sonar lo más cortés posible, se sentó y enroscó la cola entre las patas, aguardando por la respuesta del atigrado. Quizá se abalanzaría sobre ella como antes, pero al menos ya tenía el conocimiento de que ella era curandera y que es de muy mal gusto atacar a estos. Impaciente, comenzó a amasar el suelo con sus delicadas zarpitas, aguardando una respuesta."

—Hola, Corazón Lluvioso —la gata comenzó en un tono sereno —. Soy Pétalo de Jazmín, la curandera del Clan de la Sombra, y he entrado puesto que he visto nébeda, no estoy robando presas, además eso me parece una gran falta de respeto —La cortés respuesta abrumo un poco a Corazón Lluvioso ¿que clase de gato saludaba de esa manera a un guerrero que acababa de atacarle? Sin embargo, otra cosa que tampoco se esperaba, era que fuera la curandera del Clan de la Sombra, ya la había visto anteriormente en asambleas, sin embargo nunca se fijo en como era muy detalladamente.

Un guerrero normal, se sentiría avergonzado de haber atacado a una curandera y llamarla ''ladrona de presas'' sin siquiera saber que estaba haciendo exactamente, pero para Corazón Lluvioso, esta era una buena oportunidad.

-- Saludos, Pétalo de Jazmín. Lo lamento, no pude reconocerte --decía imitando el tono de cortesía de la curandera; luego hizo una pequeña pausa mirando hacia un costado. 'Aunque igual lo hubiera hecho' añadió para sus adentros--. Como sea. Tu clan, ha causado muchos problemas esta temporada del año, es un hecho que robaron presas de todos los territorios, incluido del mio. Y bueno, me preguntaba cuanto durarían estos parásitos, si un día como cualquier otro, en plena estación sin hojas, su curandera... Muriera --Su voz y su mirada se tornaron frías--. Porque,
si mi memoria no me falla... Aun no escogiste un aprendiz ¿verdad?

Un fuerte y frío viento soplo sacudiendo ruidosamente las hojas de los árboles que se encontraban en dirección de los Cuatro Arboles.
Matar un curandero sin excusa, era considerado más que nada un acto inmoral entre los gatos, y al Clan Estelar no le gustaría nada si eso sucedía, pero a Corazón Lluvioso le daba igual, nadie tenia por que descubrir que fue él, y aunque el Clan Estelar lo sepa, no le importaba en absoluto.

"—Aun no escogiste un aprendiz ¿verdad?

Aquella pregunta fue la que colmó la esperanza de la curandera. Pétalo de Jazmín cayó en la cuenta de lo que el gato insinuaba. Sintió un cosquilleo en la espalda que comenzó a subir a través de la misma como una tarántula. ¿Planeaba... matarla? ¿¡En que demonios pensaba!? ¡Por el Clan Estelar! Su hermana, sus padres y ahora ella, ¿asesinada por un gato sediento de sangre? No, no sería así. Se acomodó en el lugar y se lamió un poco la pata, intentando no mostrar un rastro de temor.

—Ya lo sé. Han causado problemas —su tono de voz se tornó frío — Pero no soy yo a quién tendrías que contárselo, sería al líder. Además, me ha de parecer una completa falta de respeto llamar a otros gatos parásitos.

La gata se levantó y dejó notar que el pelo de su espalda estaba erizado. En sus ojos había rabia e ira; sabía que no estaba usando su mejor tono de voz para hablar con el gato, pero no podía mostrarse serena si es que Corazón Lluvioso planeaba acabar con ella.
Se acercó lentamente hasta quedar a un zorro de distancia, y un destello de desprecio brillo en sus ojos.

—Además, si es que planeas matarme —comenzó con un tono despectivo — El parásito serías tú, no los gatos de mi clan.

Se sentó al frente del atigrado esperando un ataque. Estaba preparada, sabía que sobreviviría, probablemente el gato no lo supiera, pero nunca se debe de subestimar a un curandero."

Por un momento pareció observar miedo en los ojos de la curandera, sin embargo, tan pronto como lo noto, desapareció, haciendo dudar a Corazón Lluvioso si se lo imagino o fue real, en el caso de que fuera real por un momento la tenia, pero logro mantenerse en calma ante una amenaza como esa, que no solo podía perjudicarla a ella, con su muerte, sino tambien a su clan, que se vería indefenso a posibles ataques enemigos o simplemente, las enfermedades que traía el frío de la estación sin hojas.

Pétalo de Jazmín  se acomodo en su lugar, obviamente la amenaza la incomodo si no es que la asusto, y al ser una curandera, su entrenamiento en batalla no deberia ser superior al de un guerrero. Era normal temer o incomodarse.

—Ya lo sé. Han causado problemas. Pero no soy yo a quién tendrías que contárselo, sería al líder. Además, me ha de parecer una completa falta de respeto llamar a otros gatos parásitos. —Ahora reflejaba frialdad, se haya asustado o no, ahora ya no lo estaba. Corazón Lluvioso simplemente se quedo en silencio cerrando los ojos por un momento. Escucho los pasos de la curandera acercándose, por un momento pensó en que planeaba atacarle por lo que abrió los ojos, sin embargo solo se acerco un poco hasta quedar a más o menos un zorro de distancia, ella se encontraba disgustada.

—Además, si es que planeas matarme, el parásito serías tú, no los gatos de mi clan. —realmente se había molestado ¿eh?.

Corazón Lluvioso dio un pequeño suspiro cerrando los ojos, luego de un rato pensando en que hacer volvió a abrir sus ojos, Pétalo de Jazmín se había sentado hacía donde avanzo hace no mucho.

--Sea una falta de respeto o no, ¿como llamas a un ser invasor que sobrevive alimentándose de lo que necesita su hospedador para sobrevivir tambien? Aunque en parte tienes razón, es una falta de respeto para una garrapata el ser comparada con estas escorias. Y sí, en eso otro tambien tienes razón, soy un parásito, y uno de los peores --Su tono era una mezcla entre despectivo y risueño --. Y no te estoy diciendo que regañes a tus compañeros por robar presas, no eres responsable de sus acciones, solo te aviso que podría aprovecharme de encontrar a cierta gata esencial en un tiempo como este en mi territorio... Y en un principio no tenia planeado matarte, solo asustarte para luego usarte, pero subestime tu experiencia, pero si valoras tan poco tu vida, podría replanteármelo, de todas formas tú clan se vera afectado de igual manera --Apenas termino de hablar se abalanzo bruscamente hacía la curandera, lanzando un zarpazo con las garras envainadas, con intención de provocarla. Si corría, podría atraparla de un salto, pues acorto la distancia significativamente, y si contraatacaba, solo improvisaría.

"Pétalo de Jazmín se lo esperaba. No conocía muy bien al gato pero la experiencia que había tenido con el al principio del encuentro le demostró que era bastante agresivo. En realidad, esperaba que la atacara, podría defenderse, pero también pasaban otras ideas en su cabeza; la frontera del Clan de la Sombra estaba a unas colas de distancia, visible, ¿qué sucedería si pasara una patrulla? No solo que Pétalo de Jazmín no saldría tan herida sino que los gatos de su clan contarían con la información sobre la amenaza que era Corazón Lluvioso. Aún así, si no sucedía, la curandera no tenía intenciones de contarle a nadie.

Se retorció debajo de las garras del atigrado, y entre manotazos le propinó un zarpazo en el hocico. Sintió sus garritas raspar un poco la nariz del atigrado.

<< Perdón, Clan Estelar >>

Suficiente como para que se retirara, la gata blanca dio un salto hacia atrás alejándose un poco más del guerrero.

<< Eres desagradable. >> pensó Pétalo de Jazmín.

Clavó sus ojos en Corazón Lluvioso y pensó en qué haría en ese momento. Localizó un árbol, y pensó que si el gato se volvía a abalanzar sobre ella podría intentar refugiarse por unos momentos en las frondosas ramas del mismo."

La gata forcejeaba abajo suyo, lanzaba zarpazos intentando librarse de él, uno de esos zarpazos logro rasparle un poco la nariz, inconscientemente se alejo un poco hacía atrás, la curandera salto hacía atrás de un salto y tomo algo de distancia, la mirada de Pétalo de Jazmín mostraba desprecio, como era de esperarse.

Corazón Lluvioso se acerco rápidamente a la gata con las garras desenvainadas, ahora si atacaría en serio, porque eso de atrapar bajo si a su victima y luego matarla no era lo suyo. Una vez logro acercarse lo suficiente a la gata le lanzo unos cuantos zarpazos, aunque queria, no podía atacarla en serio, si de verdad lograba matarla no tenia planeado que hacer luego de ello y el beneficio seria dudoso, además su existía la posibilidad de que le echaran la culpa a él, aunque salio poco antes que la patrulla, esta ya pudo haber regresado, y no estaba seguro sí siquiera pasaron por aquella zona.
Entre sin querer y apropósito logro darle un zarpazo a Pétalo de Jazmín en un costado, empujándola levemente... ¡Por el Clan Estelar! Era obvio que ya no podía simplemente dejar escapar a la curandera, no al menos sin inducirle el suficiente miedo como para que no hable, lo cual era imposible... ¿O no? De cualquier manera, él no podía saberlo. Entonces simplemente salto hacia la curandera, con intención de volver a atraparla.

Off Rol:

Pétalo de Jazmín gruñió de rabia debajo de las zarpas del guerrero. ¿Porqué diantres debía de ser curandera? Obviamente, su conexión con el Clan Estelar era única y en esa parte no se arrepentía de su elección, pero ¿era en realidad la gata más débil de su clan? Esa pregunta azotó su mente y la obligó a cerrar sus ojos.

Comenzó a moverse de un lado a otro intentando poder salir de las garras de aquél malvado gato. ¿Porqué se había metido en esa pelea? Cierto. Nébeda.
Sintió una punzada de dolor en el costado, y al abrir sus ojos notó como la sangre salía a borbotones de ahí. Siendo curandera, sabía que si la dejaba al aire mucho tiempo podía tener una infección, pero eso era lo que menos le importaba. ¿Qué sucedería cuando llegara al clan completamente destrozada? Obviamente, podría mentir diciendo que un zorro se había cruzado en su camino, pero, olía a gato del Clan del Río; aún así, Pétalo de Jazmín se amargó pensando que eso sucedería si es que salía viva de las garras de Corazón Lluvioso.

—¡Por el Clan Estelar, para! —la gata soltó un grito ahogado cuando el punzante dolor de su herida se volvió más profundo.

Logró soltarse y a trompicones se alejó bastante del agresor, quedando de espaldas al mismo y resollando intentando poder recuperar el aliento.

—Quiero que sepas que no tengo intenciones de contarle esto a nadie —comenzó a hablar Pétalo de Jazmín en un tono serio — Sé que en algún momento todo lo que hagas volverá a ti, y en ese momento nos encontraremos de nuevo.

<<Parásito>> pensó la curandera.